Proceso comunitario Perspectivas de Paz en las zonas rural y urbana del municipio de La Ceja

La construcción de la paz territorial en Colombia, requiere de procesos individuales y colectivos de sanación de las heridas y cicatrices que dejó el conflicto armado y las violencias estructurales que se han sostenido en todos los territorios (el cuerpo, la casa, el barrio, la vereda, el municipio, el país). Además de esto, son urgentes y necesarios procesos de reconstrucción de la memoria, las confianzas, el perdón y la reconciliación, y que se generen condiciones de vida digna en los territorios rurales y urbanos.

Este proceso que emprendimos como Corporación en alianza con UNITAR, Ciudad Don Bosco y las(os) aliados territoriales que hacen parte de nuestro equipo, logró convocar a las comunidades de las veredas Colmenas, Piedras, San José, La Miel, La Playa, El Higuerón, y la zona urbana, para que hicieran parte de esta experiencia y lograr así aportar a la construcción de la memoria, a través de la recopilación de 37 historias que no sólo muestran las afectaciones que padecieron mujeres y hombres, por el conflicto armado en sus territorios, sino también el reconocimiento de sus vivencias de resiliencia y reconciliación; lo que visibiliza el papel tan importante que tienen en la construcción de la paz.    

Fue sumamente importante que en éstos territorios, en los que nunca se había hablado de lo que vivieron en el marco del conflicto armado, empezáramos a abrir espacios de trabajo, reflexión y conversación colectiva, para que las comunidades pudieran poner sus voces, desde la confianza construida, para comprender los efectos de la guerra y la violencia en sus vidas, en sus entornos, y asimismo, los significados e implicaciones para la construcción de relaciones pacíficas y transformadoras. Fue así como iniciamos un tejido de memoria viva y colectiva.  

[smartslider3 slider=”7″]

En el año 2021 pudimos continuar el proceso de Perspectivas de Paz en las veredas de San José, Piedras, Colmenas y la zona urbana del municipio. Tuvimos como propósito la profundización de la construcción de la memoria y de las propuestas de paz en los territorios. De este modo, una vez entablada la relación con las distintas familias, se diseñaron y desarrollaron cuatro encuentros comunitarios: encuentro sobre memoria histórica, encuentro para el perdón y reconciliación, recorrido territorial, y encuentro para la construcción de propuestas de paz territorial.

En el primer encuentro cada persona pudo trazar su línea de vida en relación a su territorio, teniendo en cuenta interrogantes como el momento en que llegaron allí, los sucesos importantes que ocurrieron en ese territorio y que dejaron huellas en sus vidas (positivas o negativas), las personas significativas que habitan el territorio y con las cuales se han relacionado, y los aportes que sienten han hecho en su territorio. De igual forma, les invitamos a pensar en su territorio, recordando aquellos tiempos donde se vivió fuertemente el conflicto armado y que dejaron una cicatriz. ¿Qué ocurrió allí?, ¿Qué marca dejó la guerra en ese lugar?, ¿Cómo se encuentra ese lugar en la actualidad?… ¿Cuáles fueron esos lugares seguros y símbolos de resistencia / resiliencia? fueron estas algunas de las cuestiones que tratamos con el fin de identificar aquellos lugares que necesitaban sanación o transformación, y en los que se podía dejar una huella de paz.

En el segundo encuentro realizamos una serie de actividades simbólicas con cada participante, en las que se permitió hacer una reflexión en torno al dolor, el perdón, y su poder de transformación en propuestas de vida y esperanza. Este proceso de reconocimiento de los dolores, pesos y cicatrices tanto individuales como colectivos, les dio a las comunidades las posibilidad de contar sus propias historias y de escuchar las de otros-as, representando esos relatos a través de las metáforas y el arte, abriendo un camino de sanación, perdón, reconciliación y transformación.

En el tercer encuentro realizamos los recorridos territoriales en cada vereda y en la zona urbana, teniendo como eje principal aquellos lugares identificados por cada comunidad en el primer encuentro. De este modo, conversamos acerca de por qué se eligen estos lugares a los que queremos empezar a sanar, pues son reconocidos como espacios donde la guerra dejó una marca. ¿Por qué es importante sanar el territorio?, y ¿cuál es el aporte que hace cada uno-a para sanar y dejar huellas de paz en su territorio? fueron las preguntas que cada participante se hizo, mientras caminábamos conversando acerca de las memorias de cada territorio, finalizando con la instalación de una placa conmemorativa y la realización de distintos rituales como huella de paz para la construcción de otras relaciones en el territorio, y de una vida en paz.

Finalmente, con el cuarto y último encuentro reflexionamos sobre la forma en la que podíamos intentar reparar colectivamente cada uno de los territorios, con el fin de empezar a generar las transformaciones que queremos. En este sentido, conversamos sobre propuestas concretas que se requieren desarrollar para fortalecer la construcción de la paz, y sobre las razones para querer la transformación de la comunidad, buscando puntos en común o complementaciones que fueron surgiendo durante la conversación.


[smartslider3 slider=”8″]